20 CONDICIONES DE SALUD EN LAS QUE NO DEBEMOS HACER EJERCICIOS FÍSICOS


La práctica sistemática de ejercicios tiene un valor indiscutible para mejorar la salud y la calidad de vida. Sin embargo, en ciertas condiciones de salud, no se recomienda realizar el entrenamiento.

Autor: Dr. C. Luis Gregorio Pérez Álvarez

Colaboradora: Dr. C. María Cristina Pérez Guerrero

A continuación, se analizan las más importantes.

  • Dolor precordial:

Es un síntoma frecuente de insuficiencia coronaria o infarto del miocardio.

Si se siente una sensación de opresión en el pecho y esta se acompaña de taquicardia o sudoración, se debe detener la actividad física y buscar asistencia médica.

En adultos mayores, una leve sensación de dolor precordial que aumenta con la actividad física, también contraindica el ejercicio hasta que se realice una evaluación médica.

  • Hipertensión arterial descompensada:

Aunque el ejercicio regular ayuda a controlar la tensión arterial, cuando esta se encuentra descompensada, la práctica de ejercicios está contraindicada.

Esto se debe a que pueden surgir complicaciones graves, como el accidente vascular encefálico, o el infarto del miocardio.

  • El asma descompensada:

La buena ventilación, que es fundamental durante la práctica de ejercicios físicos, ha sido ampliamente discutida en publicaciones científicas.

Aunque los ejercicios respiratorios pueden mejorar la capacidad funcional respiratoria, cualquier signo agudo de mala ventilación, como ocurre en las crisis asmáticas, requiere la suspensión del entrenamiento.

  • La diabetes descompensada:

Los beneficios del ejercicio para reducir las complicaciones de la diabetes crónica son indiscutibles, Sin embargo, antes de iniciar una sesión de ejercicios, el diabético debe estar seguro de que su enfermedad se encuentra compensada.

  • Las cardiopatías crónicas:

Los beneficios del ejercicio terapéutico, incluso en la recuperación del infarto del miocardio, están bien documentados.

Estos programas están científicamente diseñados y se realizan en ambientes controlados con una carga progresiva bien dosificada.

En el caso de enfermedades cardiacas crónicas, como la insuficiencia cardiaca, las arritmias crónicas, los programas de ejercicios deben realizarse bajo estricta vigilancia médica.

  • Estados gripales febriles agudos:

Ante un proceso de esta naturaleza, no se recomienda la práctica de ejercicios físicos. En estos momentos, el organismo está defendiéndose de una agresión bacteriana o viral y necesita todos sus recursos para neutralizarla, evitando complicaciones más severas.

  • Síndrome diarreico agudo:

Los cuadros diarreicos agudos, especialmente si son severos, presentan dos grandes complicaciones: la primera es la perdida de líquidos con riesgo de deshidratación, y la segunda la disminución de electrolitos.

Estas condiciones ponen al organismo en desventaja para asumir los requerimientos de la actividad física.

  • Las artropatías en fase aguda:

Las enfermedades interarticulares crónicas, como la osteoartrosis, la artritis gotosa, o la artritis reumatoide, se benefician mucho del ejercicio terapéutico para la recuperación de las limitaciones articulares y el alivio del dolor. Sin embargo, en la fase agua de estos procesos, donde predominan el dolor, la inflamación y la limitación de la movilidad, no es recomendable hacer ejercicios.

  • Las mialgia y contracturas musculares dolorosas severas en fase aguda:

Un movimiento mal realizado puede agravar una contractura, generando más dolor. Los dolores musculares son frecuentes cuando se realiza un programa de ejercicio, pero cuando por su magnitud producen impotencia funcional o limitación del movimiento, se debe ser cuidadoso al realizar actividad física.

  • Hernias inguinales dolorosas:

No es conveniente practicar ejercicios en estos casos, ya que una actividad mal organizada puede llevar a complicaciones graves, como la obstrucción intestinal.

  • Trastornos severos de la visión:

Entre estos se incluyen la catarata con disminución de la visión, la conjuntivitis aguda, el glaucoma descompensado y las hemorragias retinianas.

En estos casos, es vital contar con la opinión de un oftalmólogo para evitar un empeoramiento de la afección.

  • La anemia severa:

Los glóbulos rojos son fundamentales para el transporte de oxígeno a la célula, este es necesario para la producción de energía. El ejercicio físico demanda un alto consumo energético del organismo.

La anemia es causa de decaimiento, mareos, falta de equilibrio, factores que dificultan la realización de una actividad física intensa.

  • Aneurisma aórtico:

Esta es una condición de salud compleja en la que se recomienda reducir la carga de actividad física debido al riesgo de que el aneurisma se fisure y provoque sangrado en la cavidad abdominal, lo cual representa un serio peligro para la vida.

En el paciente con cáncer en particular, si se encuentra recibiendo tratamiento con citostáticos:

El cáncer es una condición de salud grave que, por diversos mecanismos, afecta la capacidad del organismo y limita su desempeño funcional.

Los citostáticos son medicamentos de gran valor para el tratamiento del cáncer, pero que tienen un grupo importante de efectos secundarios.

  • Insuficiencia respiratoria crónica:

Existen técnicas de entrenamiento basadas en ejercicios físicos orientados a aumentar la capacidad respiratoria, utilizadas en la rehabilitación de pacientes con insuficiencia respiratoria crónica.

Debido a la severidad de esta condición de salud, la práctica de ejercicios debe ser supervisada por el médico de asistencia.

  • El embarazo:

Durante el embarazo, se emplean programas de ejercicios físicos bien estructurados para preparar a la embarazada para el momento del parto.

Sin embargo, debido al riesgo de complicaciones por el empleo de una técnica de ejercicios mal diseñada, es recomendable que la práctica de actividad física esté siempre bajo el control estricto del médico de asistencia.

  • Lesiones severas de la piel:

En algunas condiciones de salud, el sudor puede agravar los síntomas de las lesiones de piel, como es el caso de la urticaria, las heridas en proceso de cicatrización, úlcera del pie diabético y las úlceras de la insuficiencia vascular crónica, entre otras.

En estos casos, la práctica de la actividad física debe posponerse hasta que las lesiones mejoren.

  • El espolón calcáneo doloroso:

Frecuente en pacientes de la tercera edad, el espolón calcáneo produce un intenso dolor en la región del pie que se intensifica al apoyar.

Como parte del tratamiento para controlar la inflamación, es necesario evitar el apoyo directo sobre el calcáneo.

  • La polineuritis descompensada:

En el paciente que padece de polineuritis crónica, el ejercicio sistemático aporta beneficios para reducir las crisis, y evitar complicaciones como la atrofia muscular y la disminución de la fuerza muscular.

No obstante, en la fase agua de esta condición de salud, es importante reducir la carga de actividad física como parte del tratamiento.

  • La sepsis renal agua:

El riñón tiene la función de eliminar las sustancias de desecho del organismo. Cuando enfrenta un proceso infeccioso, hay dos cosas relevantes que debemos hacer: una es el reposo, que significa reducir la actividad física, y la otra ingerir abundantes líquidos.

La práctica del entrenamiento físico implica una mayor producción de desechos que sobrecargan la función renal.

CONCLUSIONES

Practicar ejercicios físicos de manera sistemática es una herramienta poderosa para ganar salud y calidad de vida en la tercera edad. Sin embargo, existen condiciones de salud en las que el ejercicio puede ser perjudicial y, por lo tanto, debe ser evitado o realizado bajo una estrecha supervisión médica.

Es importante conocer cuáles son estas condiciones y contar siempre con el asesoramiento médico calificado para maximizar los beneficios y minimizar los riesgos, asegurando así que la actividad contribuya positivamente al bienestar general.

BIBLIOGRAFÍA

  • Martínez García, F.V., Ayan, C., et al. (2023). Ejercicio físico en la atención médica: necesitamos a las ciencias de la actividad física y del deporte. Medicina de Familia. SEMERGEN, 49(8). https://www.elsevier.es/.
  • Organización Mundial de la Salud (2020). Recomendaciones mundiales sobre actividad física para la salud. https://iris.who.int/.
  • Organización Mundial de la Salud (2020). Directrices de la OMS sobre actividad física y hábitos sedentarios: de un vistazo. https://iris.who.int/.

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