CAMBIOS QUE LLEGAN CON LA EDAD

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El envejecimiento es un proceso natural y universal, al que todos deberemos enfrentarnos tarde o temprano. Por ellos debemos conocer los cambios que llegan con la edad; sin embargo hay muchas cosas que podemos hacer para conservar nuestra salud y calidad de vida.

Aprende a conocer los cambios que tu cuerpo experimenta con el paso de los años.

Autor: Dr. C. Luis Gregorio Pérez Álvarez

Colaboradora: Dr. C. María Cristina Pérez Guerrero

El incremento de la edad determina, en mayor o menor medida, cambios biológicos, psicológicos y sociales, en estrecha relación con factores genéticos, medioambientales y sociales.

Estos cambios varían según la calidad del envejecimiento y pueden ser más o menos severos, afectando en mayor o menor medida la capacidad funcional del individuo.

CAMBIOS EN LA COMPOSICIÓN CORPORAL

• Disminución del agua corporal total. En el adulto joven, el agua corporal representa el 70 % del peso corporal. En el anciano, disminuye entre un 10 o un 15 %.

• El aumento y redistribución de la grasa corporal: Debido a la disminución de la actividad física o cambios hormonales, la grasa corporal en el adulto joven es de un 15% del peso corporal. En el anciano, puede aumentar a un 25 o 30%. La grasa subcutánea disminuye y se deposita en zonas como el abdomen.

• Disminución de la masa muscular: En el joven, puede representar el 45 % del peso corporal, mientras que a los 70 años representa el 27%.

• Reducción del contenido mineral del hueso: Este cambio es más significativo en las mujeres, quienes pueden llegar a perder hasta el 40 % del calcio, especialmente como consecuencia de la menopausia. La pérdida de calcio puede producir osteoporosis y fracturas patológicas.

TOLERANCIA AL ESFUERZO

El anciano tiene menos tolerancia al esfuerzo físico, se cansa más fácil y es menos resistente a la fatiga. Su organismo tarda más tiempo en recuperarse de un esfuerzo intenso.

La pérdida de la masa muscular se relaciona con una disminución de las fibras musculares, que disminuyen en peso, número y diámetro, lo que reduce su fuerza física.

Los huesos se desmineralizan, volviéndose porosos y más frágiles, lo que hace que las fracturas sean frecuentes. Esto es más evidente en las mujeres debido a los cambios hormonales producidos por la menopausia. Se agrava por el consumo de alcohol, la mala nutrición o el sedentarismo.

Las articulaciones pierden flexibilidad y aparecen cambios degenerativos que causan artrosis, una causa frecuente de dolores y limitaciones funcionales.

SISTEMA CARDIOVASCULAR

Se ha demostrado un engrosamiento de la pared del ventrículo y una dilatación de la aurícula izquierda, con mayor frecuencia de arritmias.

Los vasos sanguíneos se estrechan por el depósito de colesterol, produciendo arterioesclerosis.

El flujo de sangre por las arterias coronarias se reduce, aumentando el riesgo de infarto del miocardio.

La presión dentro de los vasos arteriales se incrementa debido al endurecimiento de las paredes, lo que provoca hipertensión arterial.

Los ventrículos aumentan de volumen, aparece la hipertrofia ventricular y la cardiomegalia, disminuyendo la capacidad de tolerancia al ejercicio.

SISTEMA RESPIRATORIO

Disminuye la actividad de los cilios bronquiales y de las glándulas mucosas.

Se reduce la elasticidad y expansibilidad del pulmón, aumenta el volumen residual y se reorganiza la arquitectura alveolar, lo que afecta la captación de oxígeno y eliminación de CO 2.

Disminuye la capacidad respiratoria, debido a la menor expansibilidad de la caja torácica y la capacidad de intercambio a nivel del alvéolo.

Mayor tendencia a las infecciones respiratorias y falta de aire con el esfuerzo intenso.

SISTEMA DIGESTIVO

Se reduce la producción de saliva y puede haber pérdida parcial o total de la dentición, lo que afecta la calidad de la masticación de los alimentos.

La mucosa intestinal se ve afectada, lo que limita la función digestiva. Son frecuentes la gastritis y los divertículos y la constipación. La digestión puede ser lenta y aparecer intolerancia a ciertos alimentos.

LA FUNCIÓN HEPÁTICA

Puede deteriorarse, especialmente si el envejecimiento se asocia con la ingestión de sustancias tóxicas como el alcohol.

SISTEMA NERVIOSO

El envejecimiento produce normalmente unas reducciones de células nerviosas en el encéfalo, lo que causa en mayor o menor medida atrofia cerebral, en particular relacionada con la disminución de los neurotransmisores y del flujo sanguíneo cerebral.

La demencia senil y el Alzheimer son complicaciones frecuentes en la tercera edad que afectan la calidad de vida del individuo que la padece y sobrecargan al cuidador y la sociedad.

En determinadas áreas del encéfalo, pueden producirse cambios degenerativos que comprometan en mayor o menor medida las funciones corticales superiores.

Pueden verse afectados el control del equilibrio, la coordinación visomotora y el control muscular. También pueden producirse afectaciones en la memoria a corto o largo plazo.

Reducirse la capacidad de aprendizaje y aparecer desajustes emocionales, alteraciones del sueño y dificultades en la adaptación al medio. No es infrecuente la depresión, la ansiedad y la irritabilidad.

SISTEMAS SENSORIALES

La capacidad auditiva y visual con frecuencia se reducen, apareciendo complicaciones como la catarata o la sordera.

Alteraciones del gusto y el olfato, disminuyen la sensibilidad para diferenciar sabores, salados, dulces y ácidos, debido al deterioro de las papilas gustativas.

SISTEMA RENAL:

Se reduce el volumen y peso del riñón, disminuye el flujo renal, el filtrado glomerular y la capacidad de eliminación de sustancias tóxicas.

También disminuye la capacidad de concentrar y diluir la orina, se reduce la capacidad funcional de la vejiga y del esfínter vesical, y se incrementa el tamaño de la próstata, con pérdida de la actividad secretora del epitelio protático.

SISTEMA ENDOCRINO

Pérdida progresiva del tejido glandular y sustitución por tejido fibroso, con las consecuentes limitaciones funcionales.

SISTEMA HEMATOLÓGICO

Reducción progresiva de la superficie medular activa, con sus consecuentes limitaciones funcionales. Descenso en la actividad hematopoyética, menor capacidad bactericida de los neutrófilos, cambios cuantitativos en la función linfocitaria, reducción de la capacidad de homeostasia y fragilidad capilar.

SISTEMA OSTEOMIARTICULAR

Osteoporosis por pérdida de la masa ósea y tendencia a la descalcificación. El cartílago articular pierde elasticidad, volviéndose más fino. El líquido sinovial pierde viscosidad.

SISTEMA INMUNITARIO:

El sistema inmunitario se deteriora, disminuyendo la respuesta humoral y celular, exponiendo al individuo a una mayor susceptibilidad a las infecciones.

CAMBIOS EN LA PIEL

Aparición de arrugas, manchas, flacidez, sequedad, que se producen por la disminución de la producción de colágeno y la pérdida de la grasa subcutánea y la atrofia muscular.

SISTEMA REPRODUCTIVO:

Reducción en el varón de la capacidad de erección y en la mujer de la lubricación de la vagina, así como alteraciones en la libido en ambos sexos.

CAMBIOS PSICOLÓGICOS Y EN LAS RELACIONES SOCIALES

De importante significación para la calidad de vida del anciano. Se reduce la participación social, aparece la jubilación que marca el fin de la actividad laboral, y el entorno socioafectivo se modifica, entre otras causas por la muerte de la pareja, el distanciamiento de los hijos que se independizan.

Puede ocurrir la pérdida o disminución de las redes sociales, de los amigos, familiares, compañeros de trabajo y vecinos.

Se afectan los roles, se puede reducir la autoestima y haber predisposición al aislamiento.

CAMBIOS COMO RESULTADO DE FACTORES INTERCURRENTES

Existen otros cambios que resultan, como consecuencia, de accidentes y operaciones, que el sujeto ha debido enfrentar a lo largo de su vida.

También pueden surgir cambios por una exposición prolongada a factores nocivos para la salud como son los contaminantes ambientales, dietas inadecuadas, consumo de drogas, el tabaco, el alcohol.

CAMBIOS COMO RESULTADO DE ENFERMEDADES CRÓNICAS

Hay un grupo de enfermedades crónicas que resultan más frecuentes, en la tercera edad, que generan síntomas y signos, los cuales limitan el desempeño funcional. Entre las más frecuentes está la hipertensión arterial y la diabetes.

Conocer los cambios fisiológicos que se producen en nuestro organismo nos permite darnos cuenta de que, cuando tenemos 70 años nuestras articulaciones no nos permite hacer lo que hacíamos cuando teníamos 20 años.

No podemos correr igual a los 70 que como a los 20, nuestro corazón y pulmones, por mucho que lo hayamos cuidado, no responden igual ni tienen la misma tolerancia al esfuerzo.

No es infrecuente ver, ante una falsa filosofía de evitar el envejecimiento, a personas que se someten a excesivos programas de ejercicios o de dieta sin ninguna justificación científica. Lejos de brindar beneficios, estos métodos pueden crear serios problemas de salud a largo plazo.

Comprender y conocer nuestras limitaciones nos permite proteger de manera más eficiente nuestra salud.

Si valoramos que nuestro hígado está en desventaja para procesar sustancias tóxicas, seremos más conscientes de la importancia de evitar el alcohol.

Si estamos al tanto que nuestra capacidad cardiorrespiratoria está limitada por la edad, nos daremos cuenta de que no podemos, a los 70 años, escalar una montaña o correr 20 kilómetros sin parar.

Si sabemos que, por la edad, se acumula colesterol en nuestras arterias y esto puede llevar a serias complicaciones, aprenderemos la importancia de una dieta sana.

Si reconocemos que, por la edad, mis músculos van a sufrir cambios degenerativos, percibiremos mejor la importancia de evitar el sedentarismo, que va a agravar esos cambios.

Si comprendemos que, por la edad, nuestras funciones intelectuales pueden verse disminuidas, nos preocuparemos por hacer actividades que, como la lectura, puedan atenuar esos cambios.

Estar informado sobre cómo el funcionamiento de nuestro cuerpo se modifica con la edad nos permite desarrollar un estilo de vida que atenúe estos cambios y no comprometa la salud y calidad de vida.

Envejecer es inevitable, pero está en nuestras manos evitar en gran medida sus consecuencias negativas.

CONCLUSIÓN

• La vida transcurre en una actividad constante y dedicamos poco tiempo, a pensar cómo el paso del tiempo cambia nuestro organismo. Al llegar a los 60 años, algunas personas creen tener 15 y se someten a sobrecargas que afectan negativamente su salud.

• Tener claro que los años no pasan en vano y que nuestro hígado, riñones, corazón y pulmones necesitan más cuidado para envejecer con salud y calidad de vida.

BIBLIOGRAFÍA

• Cambios fisiológicos asociados al envejecimiento. Salech, M. F., Jara, L. R., (2011). Revista Médica Clínica Las Condes, 23(1),19-29. http:// elsevier.es.

• Análisis del concepto de envejecimiento: Alvarado García, A.M., Salazar Maya, A.M. (2014). Gerokomos,25(2). https://www,scielo.isciii.es.

• Teorías del envejecimiento biológico: una revisión integradora: Quintero,F. A., Garraza, M., Navazo, B., (2024). Revista Española de Geriatría y Gerontología, 59(6). https://www. elsevier.es.

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