ESTRÉS CRÓNICO EN EL ADULTO MAYOR: CAUSAS, CONSECUENCIAS Y ESTRATEGIAS PARA SU MANEJO
El estrés crónico es un problema cada vez más frecuente en el adulto mayor. Factores como la soledad, la pérdida de seres queridos y las enfermedades crónicas pueden desencadenar altos niveles de estrés, lo que tiene efectos negativos en la calidad de vida.
Este artículo explora las diversas formas en las que el estrés crónico se manifiesta en los adultos mayores, sus causas y consecuencias y las estrategias para su mejor manejo.
Autor: Dr. C. Luis Gregorio Pérez Álvarez
Colaboradora: Dr. C. María Cristina Pérez Guerrero
El término estrés hace referencia a la respuesta fisiológica, emocional, mental, de la conducta y del comportamiento del individuo frente a algo que en su contexto es considerado una agresión a su integridad biológica, psicológica o social.
Es ante todo una respuesta natural del cuerpo ante situaciones que percibe como amenazas a su integridad, un mecanismo de supervivencia que nos prepara para enfrentar un peligro.
El estrés se puede expresar en tres dimensiones: la física, psicológica y emocional.
Se manifiesta a través de una serie de cambios en el organismo como el aumento del ritmo cardíaco, la frecuencia respiratoria, la tensión muscular, la sudoración, presión arterial y la liberación de hormonas como la adrenalina y el cortisol.
Un poco de estrés siempre es necesario para mantener la integridad del organismo, pero cuando este se hace crónico tiene efectos negativos en la salud.
El estrés como respuesta natural del organismo está presente en todas las edades. Es inevitable en la vida moderna; el verdadero problema es cómo nos afecta y cómo lo manejamos.
Sin embargo, en el adulto mayor, la presencia constante del estrés como respuesta a los cambios físicos, psicológicos, emocionales y sociales experimentados en esa etapa de la vida puede tener severas consecuencias negativas para la salud, generando dependencia, problemas de salud y pérdida de calidad de vida.
El estrés no tiene las mismas causas cuando se tiene 20 años que a los 65, y el organismo tampoco responde igual en cada una de esas etapas, ni su presencia tiene las mismas consecuencias para la salud.
No solo las agresiones externas son causa de estrés; con frecuencia, los pensamientos negativos, los malos recuerdos, vivir en el pasado, estar al tanto de todo lo malo que sucede en el mundo.
El apasionamiento por la política, el pesimismo constante que hace que todo se vea mal, así como el perfeccionismo exagerado que pretende que todo sea perfecto, que esté en el lugar que le corresponde, carga al organismo de energía negativa que se transforma en estrés.
CAMBIOS HORMONALES Y FISIOLÓGICOS QUE PRODUCE EL ESTRÉS
El estrés, especialmente cuando es mantenido, tiene un impacto negativo en el organismo. Cuando el humano enfrenta una condición estresante, el organismo responde con cambios orientados a garantizar una respuesta eficiente a la agresión. Sin embargo, en el adulto mayor, estas respuestas mantenidas se convierten en serios problemas de salud.
Cuando el hipotálamo identifica una situación estresante, desencadena una respuesta humoral para estimular la liberación de cortisol y adrenalina.
El cortisol, conocido como la hormona del estrés, participa en muchas funciones, entre ellas: el metabolismo de los carbohidratos, grasas y proteínas, la producción de anticuerpos, la disponibilidad de energía, el control del sueño, la memoria y la concentración.
Niveles elevados de cortisol en el adulto mayor pueden tener consecuencias negativas sobre las funciones cardiovasculares, causar deterioro cognitivo, interferencia en el sistema inmunológico con mayor riesgo a infecciones, provoca osteoporosis, riesgo de diabetes y problemas digestivos y elevar el colesterol.
La adrenalina, otra hormona liberada en situaciones de estrés, aumenta la presión arterial y la frecuencia cardiaca, con un impacto negativo sobre el sistema cardiovascular. Acelera el metabolismo y predispone a complicaciones como el infarto del miocardio y el accidente vascular encefálico, productor de hemiplejía, causa frecuente de discapacidad en el adulto mayor.
Con el aumento de la edad, nuestro organismo reacciona al estrés con mayor intensidad y los efectos de los cambios pueden ser más dañinos. Además, después de estresarnos, se necesita más tiempo para recuperarse. Y por la edad debemos enfrentar más situaciones estresantes.
SITUACIONES QUE GENERAN ESTRÉS EN EL ADULTO MAYOR.
- Jubilación:
El trabajo lleva implícita una rutina, a la que la persona se adapta durante muchos años y que le aporta estabilidad económica, brinda seguridad para satisfacer sus necesidades materiales y es un espacio de socialización.
Al llegar la jubilación, de repente no sabe qué hacer con el tiempo libre, pierde contacto con sus compañeros de trabajo, cambia su rutina diaria, aparecen las preocupaciones sobre la estabilidad económica, y sentimientos psicológicos negativos que afectan la autoestima.
Su efecto negativo se agrava cuando la identidad de la persona está vinculada a una determinada profesión y no ha desarrollado habilidades para realizar otra actividad laboral al llegar el momento de la jubilación.
- Perdida de seres queridos:
Otra importante causa de estrés en el adulto mayor. Cuando la persona envejece y ve reducida su independencia funcional por diversas causas, se vuelve más dependiente de los demás, como su esposa, hijos, nietos, familiares y vecinos.
La muerte, la emigración, el divorcio, la lejanía por cambios de dirección de familiares y amigos se convierten en fuente de tristeza, soledad y estrés, al generar inseguridad al ver reducida su red de apoyo.
Es frecuente que el adulto mayor conviva con su pareja durante muchos años. A menudo, no han tenido hijos o estos han emigrado o se han mudado lejos de la vivienda del anciano por razones económicas.
En la etapa en la que la dependencia se incrementa con la edad, la falta de la pareja tiene un gran impacto sobre la rutina doméstica y el ajuste emocional, lo que genera un enorme estrés, especialmente si no aparecen mecanismos alternativos de compensación.
Cada persona vive la pérdida de un familiar de manera diferente; algunas experimentan la tristeza y la soledad y pueden tener muchas dificultades para adaptarse, lo que genera estrés.
- Problemas de salud:
Los cambios que suceden en el organismo por el paso de los años a menudo determinan padecimientos crónicos en sistemas importantes como el cardiovascular, respiratorio, metabólico, endocrino y la falta de funciones como la memoria, la capacidad intelectual, la visión, la audición, el equilibrio y la movilidad, generando reducción de la capacidad funcional y dependencia.
A medida que el adulto mayor enfrenta condiciones de salud que limitan su desempeño, esto provoca preocupación y ansiedad. En particular, cuando estos problemas son mal manejados, producen estrés crónico.
- Pérdida de la independencia:
La necesitada de ayuda para realizar las actividades de la vida diaria, el miedo a ser una carga para la familia, la reducción de la autoestima y no poder desplazarse de manera independiente y necesitar ayuda para comer, vestirse o para la higiene personal generan sentimientos de inseguridad, miedo, y depresión, que son caldo de cultivo para el estrés crónico.
- El aislamiento social:
La soledad, la pérdida de la relación con compañeros de trabajo, familiares y amigos, la imposibilidad para participar en actividades sociales, paseos y excursiones, y tener que permanecer la mayor parte del tiempo en la silla de ruedas o en la cama, generan el temor crónico a verse sin ayuda y ser incapaz de para hacer las cosas por sí solo lo que genera estrés crónico.
- Limitaciones económicas:
La reducción de ingresos por la jubilación, el aumento del costo de la vida, el incremento de los gastos por problemas de salud, obligan a reducir gastos en actividades recreativas y sociales.
El aumento del costo de los alquileres y la alimentación, generan inseguridad sobre el futuro y temor a la insolvencia, a no poder cubrir el costo de sus necesidades y a ver reducida su calidad de vida, lo que, si es mal manejado, causa de estrés crónico.
- La falta de adaptación a los cambios:
La vida moderna impone cambios que requieren de la persona la capacidad de adaptarse. Las nuevas tecnologías, en particular en la forma de comunicación, pueden ser un desafío para el adulto mayor, así como tener que mudarse a residencias asistidas.
- Cambios en las rutinas diarias:
Después de la jubilación, a menudo el adulto dentro de la dinámica familiar debe asumir nuevos roles para los que no estaba acostumbrado, como cuidar de un familiar enfermo, o de los nietos, hacer las compras, pagar las cuentas y velar por el mantenimiento de la vivienda, todo lo que puede generar preocupaciones y estrés.
- Condiciones de salud intercurrentes:
Las consecuencias de un accidente, las condiciones de salud que implican complejos tratamientos como el cáncer. El insomnio crónico, la apnea del sueño, la diabetes con frecuentes descompensaciones, el dolor crónico de las enfermedades osteoarticulares, la insuficiencia respiratoria crónica, entre otras, representa agresiones para el individuo que, si no son bien tratadas, generan estrés crónico.
- Estilos de vida inadecuados:
El miedo constante a enfrentar nuevos retos y los cambios necesarios que determina el incremento de la edad, cargarse diariamente con energía negativa, con todo lo malo que pasa en el mundo que aparecen en la televisión, la radio y las redes sociales.
Asumir una actitud hipercrítica y una constante insatisfacción con la vida, cargarse diariamente de pesimismo, malhumor, ansiedad, inseguridad y convertirse en el portador de las noticias desagradables y la constante preocupación por la salud, con frecuencia injustificadas, son estilos de vida que promueven el estrés crónico.
- Las malas condiciones de vida:
Muchos adultos mayores, especialmente en los países menos desarrollados, deben enfrentar malas condiciones de vida como viviendas en mal estado, falta de servicios de salud, falta de trasporte, agua potable, y electricidad, inseguridad pública, violencia doméstica, mala nutrición, epidemias, Estos factores generan estrés, particularmente cuando por la edad se reduce la capacidad de poder enfrentar esos retos.
- Los cambios sociales:
La inestabilidad en el mercado laboral, el temor a la jubilación forzosa y al desempleo, la preocupación por la institucionalización, la inestabilidad política y económica que con frecuencia obliga a emigrar en la tercera edad.
Los cambios tecnológicos que requiere nuevos conocimientos, y en la dinámica intergeneracional de la vida moderna que reduce el apoyo en la vejez, generan un entorno desafiante que si no se maneja bien conduce al estrés crónico.
MANIFESTACIONES DEL ESTRÉS CRÓNICO EN EL ORGANISMO
- Cardiovasculares:
Dolor precordial, episodios de taquicardia, palpitaciones, crisis de hipertensión arterial, complicaciones como el infarto del miocardio, la insuficiencia cardiaca.
- Digestivos:
Úlcera gástrica, diarrea crónica, síndrome de mala absorción, reflujo gastroesofágico, colon irritable, síndrome de mala absorción, reducción del apetito, desnutrición o ingestión de comida chatarra y obesidad.
- Inmunológicos:
El estrés crónico reduce la capacidad de respuesta inmunológica del organismo y predispone a enfermedades infecciosas intercurrentes, infecciones virales y bacterianas y procesos inflamatorios crónicos, haciendo más compleja su curación.
- Psicológicas y emocionales:
Dificultad para concentrarse, detrimento de la memoria, ansiedad, depresión, irritabilidad, desmotivación, hipervigilancia, tristeza, frustración, agresividad, impulsividad, inestabilidad emocional, tendencia al aislamiento, descompensación de enfermedades psiquiátricas, excesivo temor a la muerte.
- Trastornos en la esfera sexual:
La reducción de la libido, del deseo sexual, disfunción eréctil y eyaculación precoz, entre otros, que afectan la autoestima.
- Neurológicas:
Insomnio crónico, disminución de la memoria, dificultad para la concentración, dolores de cabeza, aumento del riesgo de enfermedades como la demencia senil y el Alzheimer.
- Musculoesqueléticas:
Predispone a las contracturas musculares y complican la evolución de la osteoartrosis y de la artritis.
- Interacción social:
La persona que sufre de estrés crónico tienen a aislarse socialmente, se comunica menos con la familia y amigos y dejan de asistir a actividades como paseos y excursiones, lo que agrava los sentimientos de soledad.
- Incremento de los hábitos tóxicos:
Aumento del consumo de bebidas alcohólicas, tabaco, cigarro y fármacos como ansiolítico, antidepresivos, hipnóticos, muchas veces si prescripción facultativa
- Deterioro de la salud y calidad de vida:
El estrés mantenido complica la evolución de las enfermedades crónicas de la tercera edad como la diabetes, la insuficiencia coronaria y la hipertensión arterial, reduce la independencia funcional, acelera el envejecimiento e incrementa el riesgo de cáncer.
ESTRATEGIAS PARA MANEJAR EL ESTRÉS CRÓNICO
- Intervenciones médicas y terapéuticas:
Existen varios métodos de tratamiento que incluyen el uso de medicamentos y de terapias alternativas como la acupuntura, psicoterapia, las dinámicas de grupo, el entrenamiento autógeno.
- Hábito de vida saludable:
Reducir las causas que lo provocan, hacer ejercicio regular, mantener una alimentación equilibrada, prácticas de relajación como el taichí o el yoga, la meditación, ejercicios de respiración y concentración.
- Apoyo Social y Emocional:
Participar en grupos comunitarios, actividades recreativas, mantener el contacto con familiares y amigos, y formar redes de apoyo, a una vida social activa.
- Educación y Prevención:
Programas de educación para la salud y talleres sobre manejo del estrés.
- Garantizar condiciones de vida:
Para reducir el estrés en el adulto mayor, la sociedad debe garantizar cubrir las necesidades básicas de este sector de la población en aspectos tales como vivienda digna, protección social, asistencia médica, posibilidades de cubrir las necesidades básicas de alimentación, transporte.
Es necesario, además, brindar protección a la dependencia y a los grupos vulnerables y facilitar la participación social eliminando las barreras arquitectónicas que limitan la integración.
CONCLUSIONES
El estrés crónico en el adulto mayor es un problema complejo que responde a múltiples factores causales, entre ellos la jubilación, la pérdida de seres queridos, los problemas de salud, los económicos, la dependencia y el aislamiento, entre otros.
Afecta la salud, deteriora las funciones cognitivas, afecta el ajuste emocional, descompensa las enfermedades crónicas como la diabetes y la hipertensión y predispone a la demencia senil y el Alzheimer.
Es esencial educar sobre cómo evitarlo y tratarlo a partir de un enfoque integral, biológico, psicológico y social para garantizar un envejecimiento activo y saludable.
BIBLIOGRAFÍA
- Martín, M. (2021). Causas del estrés en las personas mayores. 65 y más. Https://www.65ymascom/salud/.
- Dechent, A. (2012). Niveles de ansiedad y estrés en adultos mayores en condiciones de abandono familiar, Integración Académicas. Https://www.integración-academica.org/.
- Organización Mundial de la Salud (OMS). Salud Mental de los adultos mayores. Https://www.who.int/es.
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