ENVEJECIMIENTO COMO PROBLEMA SOCIAL

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El envejecimiento de la población es un proceso inevitable y creciente a nivel mundial, caracterizado por un aumento en la proporción de personas mayores en la población total.

Este cambio demográfico se debe a la disminución de las tasas de natalidad y al aumento de la esperanza de vida. Por ello, es fundamental implementar cambios económicos, políticos y sociales que garanticen que el aumento en la edad se acompañe de buenos indicadores de salud y calidad de vida.

Autor: Dr. C. Luis Gregorio Pérez Álvarez

Colaboradora: Dr. C. María Cristina Pérez Guerrero

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el envejecimiento activo y saludable como un proceso que optimiza las oportunidades de salud, participación y seguridad para mejorar la calidad de vida a medida que las personas envejecen.

Este enfoque busca promover el bienestar físico, mental y social, fomentando la salud, la participación en actividades sociales, económicas y culturales, así como garantizando la seguridad de las personas mayores.

El objetivo del envejecimiento activo es que los adultos mayores disfruten de una vida plena y satisfactoria, contribuyendo a su desarrollo personal y a la sociedad.

Para lograrlo, además de fomentar hábitos de vida saludables, se necesita contar con un marco económico y social que brinde a la persona mayor de 60 años los espacios y recursos imprescindibles para mantener una vida digna.

Los avances científicos han permitido una reducción significativa de la mortalidad por enfermedades crónicas no transmisibles.

Sin embargo, la vida moderna ha cambiado la dinámica familiar, y se produce una mayor incorporación de la mujer al trabajo, quien tradicionalmente asumía el cuidado de los ancianos de la familia.

También se ha observado una notable disminución de la natalidad, especialmente en los países más desarrollados, que afecta el necesario reemplazo generacional.

El envejecimiento de la población se ha convertido en una preocupación central para los gobiernos, debido a sus implicaciones económicas y sociales y la necesidad de destinar mayores recursos para garantizar los servicios públicos y las infraestructuras necesarias para dar respuesta a este complejo problema.

Para mejorar la calidad de vida de la población longeva, se requiere de un mercado laboral para este sector de población, un sistema de salud eficiente y accesible económicamente, pensiones que permitan satisfacer las necesidades básicas y espacios que faciliten la participación de la población que envejece en la vida pública y social.

Además, es crucial ofrecer apoyo para combatir la dependencia, el aislamiento y la soledad, así como garantizar el acceso a nuevas tecnologías, viviendas adecuadas y económicas, y un amplio programa comunitario para eliminar las barreras arquitectónicas y crear medios de trasportes accesibles para personas con limitaciones funcionales.

Explorar la historia y las distintas formas en que se ha abordado el problema de la discapacidad, el envejecimiento y la dependencia en cada época es algo realmente interesante. De la historia, de sus aciertos y fracasos, surgen las enseñanzas para obtener mejores resultados en el presente y en el futuro.

Tradicionalmente, la medicina, en lo referido al problema del envejecimiento, la discapacidad y la dependencia ha sido eminentemente descriptiva, limitaba a resaltar los nuevos descubrimientos relacionados con la etiología, a describir manifestaciones clínicas, métodos de tratamiento, nuevos medicamentos, nuevas tecnológicas con un enfoque eminentemente biológico.

Pero el problema emergente se centra en la importancia no solo de vivir más años, sino hacerlo con salud y calidad de vida. Esto requiere que la sociedad, además de la visión biológica, reconozca la dimensión social que demanda crear instituciones, legislaciones, espacios, métodos de asistencia y, procedimientos de rehabilitación al alcance de todos.

CONSECUENCIA DEL ENVEJECIMIENTO DE LA POBLACIÓN

• Incremento del número de personas afectadas por enfermedades crónicas:

El envejecimiento conlleva un incremento en enfermedades como el cáncer, la demencia senil, el Alzheimer, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, entre otras, que demandan mayores costos al sistema de salud y a las familias.

Este aumento en los gastos puede desviar recursos de otras áreas esenciales y provocar una presión adicional sobre los presupuestos gubernamentales y personales.

• Disminución de la población activa laboralmente:

Que es la que paga impuestos y contribuye a la viabilidad de la asistencia social. Los sistemas de pensiones enfrentan una presión creciente, al haber menos contribuciones fiscales, que puede llevar a déficits en los fondos de pensiones y, en algunos casos, a la necesidad de reformas que incluyan aumentos en las contribuciones o reducciones en las prestaciones.

• Reducción de la calidad de vida de las personas mayores de 60 años:

Como consecuencia del incremento del costo de la vida, sin un incremento en el monto de las pensiones.

• Incremento del número de personas dependientes:

El envejecimiento cuando no se acompaña de un estilo de vida saludable reduce la independencia funcional para las actividades de la vida diaria y demanda recursos asistenciales para mantener una calidad de vida digna y con frecuencia de centros de acogida altamente costosos.

• Complejas afectaciones en la dinámica familiar:

Que, por una parte, enfrenta el incremento del costo de la vida y la necesidad de incorporación a la vida laboral de la mujer, que antes asumía la atención a los adultos mayores dependientes de la familia.

• Crecimiento económico más lento:

Una población envejecida puede resultar en una menor tasa de crecimiento económico debido a la disminución en la fuerza laboral activa y el menor consumo por parte de los adultos mayores.

Además, las empresas pueden enfrentar dificultades para encontrar trabajadores cualificados, lo que puede ralentizar la innovación y el crecimiento económico.

• Necesidad de reformas en políticas sociales:

Los gobiernos se ven obligados a reformar las políticas sociales para adaptarlas a la realidad del envejecimiento poblacional.

Esto puede incluir cambios en las leyes de pensiones, ajustes en la edad de jubilación y modificaciones en el acceso a servicios de salud, y un mayor gasto en seguridad social.

• Necesidad de apoyo social y comunitario:

El envejecimiento puede llevar a un aumento en el aislamiento social. La pérdida de la pareja, amigos, familiares, el distanciamiento de los compañeros de trabajo, pueden tener un impacto negativo sobre la salud y hacer necesario el desarrollo de apoyo social y comunitario.

• Necesarias modificaciones en la infraestructura urbana y los servicios de las ciudades:

Que deben adaptarse a las limitaciones de este sector de población, eliminando barreras arquitectónicas, creando facilidades de transporte y espacios para el deporte y la recreación en la tercera edad.

CONCLUSIONES

El envejecimiento de la población mundial es un fenómeno complejo que plantea una serie de desafíos significativos a nivel económico, político y social. Abordar estos desafíos requiere una combinación de políticas innovadoras, reformas estructurales y una planificación a largo plazo.

Es fundamental que los gobiernos, las empresas y las comunidades colaboren para desarrollar estrategias que mitiguen los impactos negativos y aprovechen las oportunidades que ofrece una población envejecida, promoviendo una sociedad inclusiva y equitativa para todas las edades.

El cambio demográfico que se espera ocurra en las próximas décadas llevará implícito una profunda transformación en la organización de la sociedad para poder dar respuesta a la necesidad de un envejecimiento activo.

BIBLIOGRAFÍA

• World Health Organization (WHO). (2020). World Report on Ageing and Health. Ginebra: Organización Mundial de la Salud.
• Boudiny, K., & Mortelmans, D. (2019). Active Aging: A Global Perspective. Journal of Aging & Social Policy, 31(3), 258-276.
• Rowe, J. W., & Kahn, R. L. (2021). Successful Aging: A New Perspective on Aging Well. The Gerontologist, 61(1), 15-27.

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